El
módulo europeo Schiaparelli quedó destruido por el impacto contra
la superficie de Marte, después de una caída en picado desde una
altura de dos a cuatro kilómetros, según ha reconocido la Agencia
Espacial Europea (ESA)
Este
módulo de la misión ExoMars 2016 fue lanzado por Europa el pasado
miércoles para afrontar un enorme reto tecnológico: el aterrizaje
de una nave sobre la superficie marciana. Todo parecía ir bien hasta
el último minuto porque, Schiaparelli, con un diámetro de 1,65 m y
casi 600 kg de peso, no logró superar los 50 últimos segundos de
aterrizaje, momento en el que se perdió su señal, aunque aún así
se sighe buscando la condición en la que esta el módulo.
Ahora
parece estar claro que su destino ha sido fatídico. Las imágenes
captadas por el satélite Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la
Agencia Espacial Estadounidense(NASA), que orbita en torno a Marte,
muestran la mancha blanca del paracaídas de Schiaparelli y, a un
kilómetro de esta, un punto negro que correspondería con el lugar
de la colisión de la nave, con algunos tanques de combustible aún
llenos. Según la ESA, el golpe debió producirse a más de 300 km/h,
por lo que ya está claro lo que pasó.
El
módulo de aterrizaje debería haber reducido su velocidad desde los
21.000 km/h a 10 km/h mientras entraba en la atmósfera marciana
protegido por un escudo térmico. Frenó su caída con un paracaídas
de 12 metros, y parece que, alrededor del momento en que este y el
escudo térmico superior se separaron de la nave, algo sucedió.
Puede que estos dos componentes se desprendieran demasiado pronto y
los propulsores funcionasen menos tiempo del necesario, según
fuentes de la ESA, aunque todavía es un misterio. La semana que
viene se esperan nuevas imágenes de la zona del impacto tomadas a
mayor resolución por el satélite Mars Reconnaissance Orbiter (MRO).
En
realidad,esto NO es un fracaso completo. A
pesar de su accidentado final, los datos que Schiaparelli logró
enviar antes de su silencio serán de gran utilidad para la segunda
fase del proyecto: el lanzamiento en 2020 del primer rover
europeo
en Marte. En este año, la ciencia y los nuevos descubrimientos
revolucionarán lo que conocemos hoy en día sobre Marte, entre otras
cosas.
Como
dije antes, la misión actual no ha sido un total fracaso, ya que el
orbitador de gases traza (TGO, por sus siglas en inglés), un
satélite que también forma parte de Exomars 2016, sí se insertó
con éxito en la órbita marciana. Este satélite se moverá a 400 km
sobre la superficie para analizar los gases minoritarios en su
atmósfera, especialmente el metano. Esta molécula se asocia con la
presencia de organismos vivos en la Tierra.
Por
ahora, la NASA sigue ganando 7-0 a Europa y Rusia en cuanto a
aterrizajes exitosos de naves en Marte. En 2003, la ESA lo intentó
con el pequeño módulo Beagle, que viajó a bordo de la nave Mars
Express, pero fracasó. Y la antigua Unión Soviética tampoco ha
tenido mejor suerte desde los años 60. Solo en 1971 logró que la
Mars 3 aterrizará en suelo marciano, pero se perdió el contacto a
los pocos segundos.
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